Hasta ahora habíamos visto las jaras que presentaban flores de color rosa (véase Cistus albidus y Cistus crispus). Pasamos a continuación a las de flores blancas, entre las que podemos mencionar la Jara pringosa (Cistus ladanifer).
Su nombre común se debe a la capa pegajosa que presenta fundamentalmente en verano (formada por una sustancia denominada ládano), lo que la hace altamente inflamable en verano.
Su nombre común se debe a la capa pegajosa que presenta fundamentalmente en verano (formada por una sustancia denominada ládano), lo que la hace altamente inflamable en verano.
Esta pertenece también al género Cistus, familia Cistáceas y se presenta como, junto a la Jara estepa, (Cistus populifolius) la de mayores flores entre las jaras.
La podemos encontrar en prácticamente todas las fincas de las sierra, apareciendo en mayor medida en zonas que han sido azotadas por los últimos incendios. Se trata pues de una etapa de degradación del alcornocal.
Presenta hojas pecioladas o sentadas, con el haz verde y el envés plateado o blanco.
Las flores son hermafroditas, grandes y cortamente pediceladas con 3 sépalos verdes y 5 pétalos blancos. Presentan numerosos estambres y pistilo con estigma sentado (sin estilo).
La floración es más tardía que otras jaras del mismo género, como la Jara negra (Cistus monspeliensis) y la Jara morisca (Cistus salvifolius), casi un mes más tarde, aunque más o menos coetánea con la floración de la Jara estepa (Cistus populifolius).
Se puede observar principalmente en floración entre los meses de Abril y Mayo, aunque algunos autores establecen el período de floración entre Marzo y Junio.
La fructificación se produce a finales de primavera y durante el verano, aunque la diseminación de la semilla no se produce hasta entrado el otoño, entre finales de septiembre y el mes de octubre.
Foto: Jara pringosa en septiembre con el brillo característico del ládano.
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