Se trata de una especie de la familia de las Ericáceas (misma familia de los brezos), del género Arbutus que crece en nuestros campos. Se da principalmente en zonas con humedad ambiental y edáfica. Se suele dar en laderas de umbría, formando parte del sotobosque del alcornocal y en las cercanías de los arroyos. Es muy habitual en las cercanías de los arroyos de los denominados "canutos" (que son los arroyos umbrosos típicos de los alcornocales con vegetación de tipo laurisilva).
En nuestra localidad se puede encontrar en la mayoría de las fincas de la sierra, destacando por su abundancia en la finca "El Cuervo" en el camino que sube al convento. También se puede localizar en otras fincas con orientación principal de umbría, como la finca "El Canuto", "El Alisoso", etc.; aunque en ocasiones puede observarse en zonas de exposición solana donde suele alcanzar portes menores (tipo mata o pequeño arbusto), por ejemplo en la finca "El Cinchao".
En el pueblo se puede encontrar con uso ornamental en algunos de sus jardines y paseos, como es el caso de la Avenida de Cantarranas.
Suelen ser arbustos de no más de 10 metros de altura, con hojas alternas, perennes y con el margen muy finamente serrado. Además presenta una corteza muy carácterística tanto en tronco como en ramas.
Presenta flores blanquecinas, con cinco sépalos y cinco pétalos soldados. El fruto es de tipo baya, carnoso, de color rojizo una vez maduro, con las superficie cubierta de verruguitas.
Florece entre los meses de Octubre y Enero y los frutos se encuentran maduros en el árbol entre los meses de Octubre a Diciembre aproximadamente.
Los frutos maduros del madroño son comestibles y muy sabrosos, pero hay que evitar el consumo excesivo de los mismos de una sóla vez, porque emborrachan (por su alto contenido en alcohol)
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